La visita al veterinario puede ser una experiencia estresante para las mascotas y para sus dueños a partes iguales.

Mientras que los clientes pueden sentirse nerviosos por la salud de sus mascotas, el tratamiento que van a recibir o, incluso, el coste de la visita, los animales también pueden sentirse intranquilos fácilmente en un nuevo entorno.

Probablemente, cualquier gerente de una clínica considere con frecuencia la calidad de sus tratamientos, la formación del personal y la importancia de equilibrar su presupuesto. Pero puede que no tengan en cuenta el impacto significativo del entorno de su clínica. Esto no solo puede afectar al estado emocional de sus clientes, sino también a la carga de trabajo del personal y a la eficacia de los tratamientos.

Y, dado que las clínicas veterinarias operan en un mercado competitivo, ofrecer a los clientes una experiencia agradable y relajante es clave para mantenerlos contigo y garantizar que sigas obteniendo reseñas positivas y una agenda repleta de citas.

Primero, las buenas noticias.

La pandemia de la COVID-19 provocó un aumento espectacular de los propietarios de mascotas de gran parte del mundo, ya que la gente buscaba el consuelo a través de los animales. Como resultado, el 50 %^*1 de las clínicas veterinarias del Reino Unido informó de un aumento en su base de clientes desde el inicio de la pandemia. Esta cifra llegó hasta el 65 % en los Países Bajos.

Aunque esto ha supuesto una oleada de nuevos clientes en las clínicas veterinarias y una alta demanda, también ha aumentado la competencia de los gerentes de clínicas, ya que tratan de acaparar una mayor cuota de mercado.

El hecho de lograr un ambiente adecuado puede marcar la diferencia entre gestionar un negocio floreciente a uno que se diluye en el espacio.

Al igual que las clínicas veterinarias se han visto obligadas a dar respuesta al aumento de la demanda de los clientes, las condiciones laborales se han vuelto más difíciles de gestionar.

La pandemia de la COVID-19 ha aumentado enormemente las preocupaciones respecto al riesgo de contraer una infección vírica en un entorno compartido, y las clínicas veterinarias no podían ser menos. Los gerentes se han visto obligados a intensificar sus protocolos de limpieza e higiene, y a utilizar productos químicos desinfectantes más fuertes, llegando incluso, en algunos casos, a cubrirse los pies y aplicar tiempos de espera entre clientes.

Incluso las clínicas con excelentes niveles de limpieza antes de la pandemia se han visto obligadas a reforzar sus protocolos con el fin de garantizar la protección del personal y de los clientes, y de mitigar la ansiedad de los visitantes. De igual modo, las clínicas veterinarias deben tener especial cuidado con los productos de limpieza que utilizan debido al riesgo de que las mascotas laman las superficies e ingieran un compuesto no deseado que puede provocar una reacción.

Estas medidas adicionales no solo supusieron una carga adicional para el personal, sino que también redujeron el número de clientes que los veterinarios podían atender cada día.

Todo esto ha contribuido a que el entorno de las clínicas sea más complejo que nunca antes.

El control de la ventilación y de la temperatura siempre ha sido importante para el éxito de una clínica veterinaria, ya que los animales pueden ser muy sensibles a los cambios de temperatura.

Las salas especializadas también presentan necesidades especiales (por ejemplo, es probable que muchos de los medicamentos almacenados en tu farmacia necesiten estar fuera del frigorífico, pero conservarse a una temperatura inferior a 24 grados Celsius). En otros lugares, puede ser necesaria una temperatura más fría. Tal como afirmó un gerente radicado en el Reino Unido: "Necesitamos a tres personas en la sala de operaciones, y están vestidas, por lo que hace mucho calor". También debes poder ajustar la temperatura en tiempo real cuando una sala se llena de animales y se calienta rápidamente.

De igual forma, la calidad del aire ha adquirido mucha más consideración como resultado de la pandemia. El aire que nos rodea contiene millones de partículas de bacterias, virus, materia particulada, moho y alérgenos, y la COVID-19 ha aumentado la concienciación sobre la importancia de proporcionar aire limpio a los clientes.

Algunas clínicas siguen reduciendo el acceso a los propietarios de las mascotas, o programando tiempos de ventilación adicionales en las salas entre los tratamientos o las sesiones de diagnóstico, lo que reduce aún más sus ingresos.

Por naturaleza, las mascotas generan polvo y suciedad cuando visitan una clínica veterinaria. El problema se acrecienta en las largas temporadas de lluvia, ya que pueden dejar en un instante la zona de recepción como un baño de barro.

Y no solo se trata de las mascotas. Las clínicas ubicadas en las principales calles han notado que los propios clientes pueden introducir fácilmente polvo en la clínica que se propaga con rapidez entre las diferentes salas. Asimismo, el riesgo de transmisión de la COVID-19 hace que sea clave reducir el tiempo de contacto y garantizar que la gente mantenga una distancia social adecuada. Los clientes siguen esperando que los puntos de contacto muy usados se desinfecten habitualmente, y tanto esta como otras necesidades de limpieza adicionales requieren una especial inversión de tiempo por parte del personal.

Entre los muchos rastros que deja la amplia variedad de mascotas que visitan tu clínica a diario, se incluyen, como no podía ser menos, los olores.

Los animales tienen un sentido del olfato sumamente fino (por ejemplo, los perros son 100.000 veces^*2 más sensibles a los olores que los seres humanos), lo que hace que sean especialmente receptivos a los olores que dejan otros animales, haciendo que las mascotas se sientan inquietas, agitadas o, incluso, ansiosas.

El olor es uno de los mayores retos que deben afrontar las clínicas veterinarias de éxito, especialmente si atienden a un alto volumen de mascotas a diario o necesitan reducir el tiempo entre clientes para poder atender más citas.

La tecnología de purificación del aire como nanoe™ X puede integrarse en los aparatos de aire acondicionado para poder combatir algunos malos olores, virus aerotransportados, bacterias, moho y sustancias peligrosas contenidas en la materia particulada fina (PM 2.5), y proporcionar la ventilación y el control de la temperatura.

Gracias a la desodorización de 24 horas, el personal puede dedicar menos tiempo a combatir activamente los malos olores, los clientes pueden ser recibidos por un aire más puro y pueden reducirse los tiempos de espera ampliados entre mascotas.

nanoe™ X propaga radicales hidroxilos derivados de la naturaleza a través del aire, lo que contribuye activamente a la eliminación de las causas de ciertas infecciones y malos olores, así como a la desactivación de determinados virus en las superficies. Además, puede ayudar a tu clínica a mantenerse más limpia y a crear un entorno más tranquilo y agradable para las mascotas, los propietarios y el personal.

>> Más información sobre los efectos de nanoe™ X en los olores de mascotas

Al abordar el reto de la creciente demanda y del aumento de las expectativas de limpieza de los clientes, es importante maximizar el tiempo del que dispone el personal para tratar animales.

Abordar la calidad del aire y el control de los olores no solo crea un entorno más limpio y relajante para los clientes y sus mascotas, sino que también puede reducir el tiempo de espera que necesitas dejar entre citas.

nanoe™ X puede ayudarte al proporcionar 24 horas de desodorización, lo que permite eliminar ciertos virus y bacterias perjudiciales del aire, y contribuir a un entorno más limpio, haciendo la vida más fácil al personal, más agradable a los clientes y manteniéndote competitivo.

[Nota]
^*1 Estadísticas extraídas de VetsSurvey de 2020:
^*2 Cifra extraída del Dr. Michael T. Nappier